Después de un año y medio sin apenas
llamadas ni entrevistas de trabajo, hace unas semanas apareció la que pensé era
mi oportunidad.
Pues aunque creía que no funcionaba,
me llamaron del mismísimo INEM para presentarme
en un plazo de dos horas para informarme
de un proceso de selección para un puesto de Encargado de Obra, cuya contratación formaba parte del Plan de
Empleo 2013 de Vigo, y concretamente al programa “Vigo Emprega”
Este
Plan de empleo promovido por el Ayuntamiento de Vigo, consiste en la
contratación de 122 desempleados para ocupar puestos de capataces, oficiales de
carpintería, albañilería, electricidad, cantería, conductor-palista y peones
entre otros, y que digo yo, que perfectamente se podría denominar “Vigo Emprega
Homes” porque absolutamente todos los puestos ofertados están clara y
profundamente masculinizados y arraigados a hombres, y vale que pueden ser las
necesidades actuales del Ayuntamiento, pero que lo vendan como que, cito
textualmente “El programa es un
instrumento elaborado para promover el empleo en el municipio, prestando
especial atención a todos los colectivos que tienen dificultades para
integrarse laboralmente” (Bases reguladoras, punto 2), pues no cuela, no, ¿acaso las mujeres no somos un colectivo
especialmente perjudicado por la crisis?
En mi caso particular, como Jefa de
Obra, profesión que por cierto no existe en los filtros de las oficinas del
INEM, evidentemente, no me ajustaba al puesto de Encargada de obra, y así me lo
hicieron saber al entregar toda la documentación que tuve que reunir, (certificados,
contratos, título, diplomas…y así una larga lista de burocracia) con un simple:
- Olvídate.
Reconozco que a pesar de que
finalmente el puesto no fue para mí, en cierto modo agradezco la sinceridad del
personal que gestiona dicha selección, porque si la esperanza era grande, a
medida que pasara el tiempo hubiera sido mayor, y consecuentemente más grande
el bofetón al volver a mi rutina, después de haber perdido tiempo, dinero y energía
en un proceso que antes de empezar, ya prescindía de mí.
Y así, sin más, volví a mi búsqueda
de empleo, con un poco menos de energía pero si cabe, con más fuerza e ilusión.
Catalina Pahino
Ingeniera Técnica Química