lunes, 29 de julio de 2013

Una ilusión rota


Después de un año y medio sin apenas llamadas ni entrevistas de trabajo, hace unas semanas apareció la que pensé era mi oportunidad.

Pues aunque creía que no funcionaba, me llamaron del mismísimo INEM para presentarme en un plazo de dos horas para informarme de un proceso de selección para un puesto de Encargado de Obra, cuya contratación formaba parte del Plan de Empleo 2013 de Vigo, y concretamente al programa “Vigo Emprega

Este Plan de empleo promovido por el Ayuntamiento de Vigo, consiste en la contratación de 122 desempleados para ocupar puestos de capataces, oficiales de carpintería, albañilería, electricidad, cantería, conductor-palista y peones entre otros, y que digo yo, que perfectamente se podría denominar “Vigo Emprega Homes” porque absolutamente todos los puestos ofertados están clara y profundamente masculinizados y arraigados a hombres, y vale que pueden ser las necesidades actuales del Ayuntamiento, pero que lo vendan como que, cito textualmente “El programa es un instrumento elaborado para promover el empleo en el municipio, prestando especial atención a todos los colectivos que tienen dificultades para integrarse laboralmente” (Bases reguladoras, punto 2), pues no cuela, no, ¿acaso las mujeres no somos un colectivo especialmente perjudicado por la crisis?
 
 

En mi caso particular, como Jefa de Obra, profesión que por cierto no existe en los filtros de las oficinas del INEM, evidentemente, no me ajustaba al puesto de Encargada de obra, y así me lo hicieron saber al entregar toda la documentación que tuve que reunir, (certificados, contratos, título, diplomas…y así una larga lista de burocracia) con un simple: - Olvídate.

Reconozco que a pesar de que finalmente el puesto no fue para mí, en cierto modo agradezco la sinceridad del personal que gestiona dicha selección, porque si la esperanza era grande, a medida que pasara el tiempo hubiera sido mayor, y consecuentemente más grande el bofetón al volver a mi rutina, después de haber perdido tiempo, dinero y energía en un proceso que antes de empezar, ya prescindía de mí.

Y así, sin más, volví a mi búsqueda de empleo, con un poco menos de energía pero si cabe, con más fuerza e ilusión.


Catalina Pahino
Ingeniera Técnica Química