miércoles, 11 de septiembre de 2013

La aventura del Plan PREPARA


Vuelta al cole y vuelta a la búsqueda de empleo después de un respiro vacacional. Y este mes de septiembre lo empiezo con el itinerario del Plan Prepara. Hoy ha sido mi primera cita y ha consistido básicamente en un cuestionario sobre mis estudios, mi vida laboral y mi forma de buscar trabajo, cómo, cuándo, dónde, etc.

He leído entre líneas y he sacado mis propias conclusiones de esta cita-entrevista, y, mis conclusiones son que mis “supuestas” opciones más realistas, son emigrar o autoemplearme, porque además de lo mal que está el mercado laboral, al llevar más de año y medio sin trabajar, cada vez tendré más dificultad para reincorporarme al mercado, porque ya no estoy actualizada.

Este es el mensaje que entiendo que se nos quiere transmitir desde las Administraciones Públicas, completado con perlitas del estilo de: “en otros países hay trabajo, de momento”, “se abren negocios constantemente, no puede ser tan difícil hacerlo”, “muchas personas abren empresas sin estudios universitarios ni estudios de viabilidad”, “pues si llevas año y medio así y nada, puedes seguir esperando o bien pensar en las opciones que te planteo”



¿Debemos sentirnos culpables por no querer emprender o por haber pensado en ello y no hacerlo? ¿Debemos culparnos por no emigrar en condiciones precarias y para no ejercer nuestra profesión sino un minijob? ¿O castigarnos por no jugárnoslo todo a cara o cruz?

¿Se puede ser más cruel? ¿Desde que posición se dirigen estas personas hacia otras que estamos realmente dejándonos la piel, sufriendo, viendo reducidas continuamente nuestras posibilidades de trabajar y que cada vez vemos menos resultados?

Ya no se tienen en cuenta las preferencias ni las necesidades de las personas, si tenemos familia, o si simplemente preferimos renunciar a un salario por quedarnos en nuestra tierra, al lado de los nuestros, ¿será que nos hemos olvidado del artículo 35.1 de la Constitución Española? Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo”.

Sin palabras.

 
Catalina Pahino
Ingeniera Técnica Química